jueves, 9 de junio de 2016

Mi lucha - Linfoma de Hodgkin. El diagnóstico

Uno de los principales motivos que me impulsó a abrir el blog es lo que voy a contar a continuación. Desde antes de abrirlo me estrujaba el cerebro para averiguar cómo podía enfocarlo, qué contar exactamente, cómo contarlo, etc. Incluso ahora sigo dándole vueltas, y he llegado a la conclusión que da igual todo eso. No puedo transmitir lo que siento al respecto con palabras, son experiencias vitales de cada uno, y cómo se suele decir: No lo sabes hasta que te pasa. Así que le voy a dar otro enfoque. Quiero que lo que voy a contar os sea de ayuda, os informe a vosotros, a familiares, a amigos, da igual a quién sea, mientras ayude, este post no será en vano.

No sabría decirles cuándo empezó todo. Hace dos años, yo estaba en mis prácticas de final de curso y posteriormente iba a mis prácticas del coche. Recuerdo que acababa bastante cansada, ya que eran ocho horas en una recepción, llegaba a casa para comer e inmediatamente me iba a conducir. Lo veía normal en cierta forma, aunque no estaba conforme con mi capacidad de rendimiento en el día. Sabía de gente que hacía muchas más cosas. 

Ese verano acompañé a mi pareja a ayudar a pintar la casa nueva de unos amigos suyos. Ese día fue cuando me empecé a preocuparme más. No era capaz ni de sujetar las escaleras de lo cansada que estaba. Mi estado de cansancio iba y venía como le daba en gana. A veces estaba bien y otras no podía con mi cuerpo sin hacer absolutamente nada.

La médico me comentaba que podía ser la edad, la alimentación, bajadas de tensión. No entendía cómo no comer cuatro piezas de fruta al día podía afectarme tanto, lo veía exagerado, me iba desconforme de la consulta, pero nunca he dudado de las palabras de ningún médico. 

Empecé otras prácticas, las cuales eran cuatro horas solamente, mas algunas horas que echaba de más para realizar unos cursos dentro de la empresa. Al ser pocas horas, pensaba que podría hacer más cosas durante el día, pero sólo de pensar en hacer algún ejercicio físico, como ir al gimnasio, era agotador, y no eran por falta de ganas. No me podía creer que lo poco que hacía en el día me pudiera agotar tantísimo. Sólo pensaba en qué iba a hacer cuando entrara a trabajar en alguna empresa, cómo iba a soportar el día, pero pensaba que era pasajero. 

La vida me brindó un nuevo proyecto al que me adentré después de hacer entrevistas, asistir a charlas y una mudanza a Cádiz, que hice al terminar las prácticas anteriores. Irme a trabajar al extranjero era una de las cosas que quería hacer en la vida. En este caso era en Alemania. La empresa que te asignaban te pagaba un curso de alemán hasta conseguir el B1, cosa obligatoria para poder irte, obviamente. En ese momento tenía la oportunidad de hacer una vida nueva junto a mi pareja y aprender un nuevo idioma, algo que me ayudaría en mi futuro profesional con creces. No le puse más empeño y más ilusión a nada en la vida comparable a eso. Era pura emoción.

Al poco tiempo fueron surgiendo nuevos síntomas, fiebre, sudores extremos, ganglios inflamados en el cuello. En las analíticas aparecía que tenía anemia, cosa que no me extrañaba porque era propensa a tenerla. Sólo tomaba paracetamol recetado por la médico. No sabía de donde venía todos esos síntomas, y después de, según ella, un despiste me pidió cita para hematología. La cita la tenía casi cuatro meses más tarde.

Todo parecía estar controlado hasta que, al poco tiempo, en Cádiz, el cansancio que antes me impedía hacer más cosas en el día, ahora me impedía salir de la cama, no podía mantenerme en pie, andar me parecía un suplicio. Sólo quería estar acostada y dormir. Literalmente. Puede que suene a exageración, pero os aseguro que no lo era. La fiebre y los sudores eran ya durante todo el día. 

Los sudores de los que hablo no son como cuando te tomas un paracetamol cuando tienes fiebre y sudas para que baje la fiebre. Son sudores extremos, es invierno y acabas empapada en sudor. Pijama, sábanas, almohada, todo empapado. Como si te acabaran de tirar un cubo de agua por encima junto a tu cama. 

Una vez le dije a mi madre que realmente creía que me estaba muriendo. Que si había pensado que podría ser cáncer. Ese tema tan tabú, que nadie quiere hablar porque cree que si habla de ello lo va a atraer. 

Fuimos al hospital a la desesperada. No podía esperar tantos meses en esa situación. No sé qué hubiera pasado si esa médico me hubiese mandado a casa y hubiera tenido que esperar tanto, lo juro. Por suerte llamó a varios oncólogos y me metieron en una consulta. Estaba muerta de miedo. No entendía que después de haberle contado mis síntomas lo primero que pensara fue en llamar a oncología. A día de hoy me sigo preguntando lo claro que lo tenía desde el principio ella, y ¿nadie más? Después de volver a contar mi historia todo fue rapidísimo. 

Después de una biopsia de un ganglio del cuello me dieron el diagnóstico, Linfoma de Hodking, estadio IV. Es un tipo de cáncer que ataca el sistema linfático, el cual se encarga de combatir las infecciones y enfermedades. Esta enfermedad es una lotería, le puede pasar al más sano del mundo o al que menos lo es. Es azar, comentaba la médico. Ella hablaba y hablaba, pero yo me había quedado en la palabra cáncer. El mundo dejó de existir en ese momento para mi. Me quedé en blanco. Todo se desvaneció en segundos.

No entendía porqué me pasaba a mi. No fumo, no bebo en exceso, como de todo, no tengo vicios, simplemente. Después de bastante tiempo comprendes que eres uno más en este  mundo, y que por mucho que pese, un día se acabará, aunque tenía claro que ese no era mi momento. La vida me había dado un toque de atención y no me podía dormir en los laureles. Lo que me decía era que me dejara de tantos miedos y tantas inseguridades, que no iba a llegar a ningún sitio así. Miento si dijera que a veces no me entra el pánico cuando pienso en hacer cosas que antes no hubiera hecho, pero respiro hondo y pienso que lo único que me para soy yo, por el miedo, las inseguridades, el qué dirán, y sinceramente, no puedes basar tu vida limitándote en eso, porque no vives. Así que, si me veis por aquí, es porque lo intento cambiar, con pequeños pasos, poco a poco, pero orgullosa de ello.

Antes de terminar el post quería deciros varios puntos que creo importantes:

- Todos sabemos que la salud es importante. Como dije antes, esta enfermedad me vino comportándome de manera normal. No por ello hay que dejar de ser personas sanas, cuánto más sanos seas, menos problemas de salud tendrás. Quiero que quede claro.

- Sé consciente de tu cuerpo. Si notas algo raro, ve al médico desde el principio, ellos dirán si es importante o no, no te corresponde a ti, no des por hecho lo que no sabes.

- SI NO ESTÁS DE ACUERDO CON UN DIAGNÓSTICO, NO TE CONFORMES. Esto quiero que quede muy claro también. Si realmente lo que sientes no se corresponde con el diagnóstico que te han dado, no te calles. Desgraciadamente, hay médicos que no siempre te prestan la atención que mereces, y que ni siquiera te mandan a hacer un análisis de sangre cuando lo necesitas. Con esto no generalizo, sólo comparto experiencias pasadas. Estoy más que contenta con mi médico de ahora y estoy segura que habrá más personas como él.

- Si estás pasando por alguna enfermedad, sea cual sea, apóyate en tu familia y en las personas que están contigo día a día. Es normal que a veces os sintáis apáticos y enfadados con el mundo, pero vosotros mismos sois los que debéis de salir de ahí y volver a levantaros. Hay que intentarlo.

- Y lo más importante de todo. ¡VIVE, que la vida son dos días!


Espero que este post sirva de ayuda a alguien. Mi intención es hacer otro centrándome en el proceso de la enfermedad y el tratamiento para aquellos que les pueda interesar. Puede que no sea la más adecuada en dar consejo, pero si alguien necesita hablar de algo, ya sea porque esté pasando por algo similar o simplemente quiera saber algo, estaré encantada de mantener una charla.


Redes Sociales:

> Instagram - Bellactual
> Facebook - Bellactual
> Snapchat - Bellactual
> Twitter - BellactualIAm
> E-Mail - Bellactual@gmail.com

2 comentarios:

  1. Raquel eres una tia muy luchadora. Se ye nota y como dices a vivir que la vida son dos diasss!!!.

    ResponderEliminar
  2. Raquel eres una tia muy luchadora. Se ye nota y como dices a vivir que la vida son dos diasss!!!.

    ResponderEliminar